Feliz Día del Niño ( Un Trabajo diario)

¿¡Alguien por favor quiere pensar en los niños!? rezaba la esposa de Flanders. Es una de las frases más famosas de Los Simpsons, la icónica serie de dibujos animados más famosa en Argentina y Latinoamérica. Una frase que se utiliza en todos los contextos inimaginables, y que nace en el contexto de una corte, en donde se debate sobre una ley seca. Es delicioso, hace a las mujeres más bellas y nos hace prácticamente invulnerables a la crítica relata el alcalde Diamante, segundos antes a que la esposa de Flanders conteste. Esto es muestra estereotipada, pero no por ello menos real, de cómo los adultos muchas veces pensando en los gustos propios descuidamos a los niños, o cercenamos sus derechos, mostrando conductas que no son las ideales, y que ellos van a replicar en un futuro cercano.

La Declaración Universal de los Derechos del Niño data de 1959, y fue una iniciativa de la organización de las Naciones Unidas, que erigió sus cimientos luego de lo acontecido tras la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, la Convención Universal por los Derechos del Niño, data de 1989 y es el tratado internacional más ratificado de la historia, firmado por 159 naciones que año a año tienen que rendir cuentas ante el Comité de los derechos del niño.

Entre los derechos, encontramos el de la igualdad, el derecho a un nombre y nacionalidad, a tener una protección especial para su desarrollo físico, mental y social, el derecho a un tratamiento especial para aquellos niños que tienen alguna discapacidad; derecho a la comprensión y al amor de los padres y la sociedad, a actividades recreativas y a la educación gratuita, derecho a ser criado con un espíritu de comprensión sexual, tolerancia, amistad y hermandad universal, entre otros.

Los derechos de los niños deben ser una premisa fundamental para todos los seres humanos, y cuidar de ellos un trabajo diario, porque al final los infantes responden a como son educados, y sus primeros agentes socializadores son la familia, la escuela, la televisión y las tecnologías. Estos son los primeros ejemplos que adquieren. Si la educación familiar falla, la escuela puede corregir algunos aspectos, pero es muy difícil en la sociedad post moderna en la que vivimos, corregir los ejemplos que dicta la televisión, Internet y las redes sociales. Allí donde el chico no tenga la atención suficiente por parte de los padres, este crecerá desamparado de los valores morales necesarios para su desarrollo. Allí donde se descuide alguno de los derechos, el niño crecerá desconectado de ellos, replicándolo.

Aún quedan derechos sin aplicar para los niños desprotegidos, por tanto debe ser tarea de las instituciones extender el buen ejemplo para ser imitado por todos nosotros.

               No perdamos nunca de vista que los niños de hoy, son la sociedad del mañana...